jueves, 24 de noviembre de 2016

La quinta, más que un símbolo de libertad


Entre de las faldas de los cerros Guadalupe y Monserrate se encuentra un refugio sagrado que en su momento más valioso, fue un regalo para don Simón Bolívar; allí pasó pequeñas temporadas de su vida, cuando se le permitía descansar luego de la inalcanzable batalla para la libertad de América, aquella tierra que lo vio nacer.
Este majestuoso lugar, es hoy un monumento nacional que nos permite acercarnos más al legado de nuestro libertador. Para esa época las casa no tenían puertas, las únicas que existían eran las de las fachadas, lo que conocemos como portones, la reja por donde ingresamos que al traspasarla por primera vez,  encontramos un largo pasillo, una entrada decorado con huesos de bovinos que resaltan entre las fisuras de las tabletas de arcilla; son aquellos detalles que poco a poco nos abren la imaginación al lugar que vamos a encontrar. Un aire indetenible, rosa inmediatamente nuestros rostros, nuestras manos, nuestra piel dando señales de los amplios jardines que rodean la quinta y, sus flores, aquellos capullos y pétalos que con sus indelebles colores hacen que en este lugar se respire un aire de paz, de libertad.
Bolívar pisaría ese lugar en aquellos días de angustia por ver a su pueblo dominado por las colonias españolas y, tal vez otro día, llegaría cansado de aquellas batallas en las que entregó su vida en busca de la libertad. Los pasillos de la Quinta siempre serán testigos de miles de días que marcaron la historia del país, palabras, actos, personas… sólo mantener este lugar en pie será  la manifestación más que un símbolo de paz; una casita cubierta por el frio de las montañas, que  adentro, al arrullo de la chimenea, mantenía la esperanza de América.

Hace más de 200 años (1800), Don José Antonio Portocarrero compró unos terrenos a las afueras de la ciudad de Santa Fe en los que construyó una quinta campestre, para adecuarla para el virrey Amar y Borbón. En 1820, el gobierno de la Nueva Granada la compró y fue obsequiada a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios como muestra de agradecimiento por  su consagración a la causa de la Independencia. Allí se refugió luego de la conspiración septembrina y observar la inminente desintegración de la Gran Colombia. Antes de su muerte se la obsequio a su amigo José Ignacio París, luego se utilizó como colegio de señoritas, fábrica de cueros y hasta un hospital. En 1922, fue adquirida por la nación y puesta al servicio como museo.

Actualmente el 90% de la casa es original de la época (siglo XIX) elementos como sillas, escritorios, cortinas, vajillas, costureros, y así se revive un poco más las dependencias del lugar que habitó el Libertador. Entre los lugares que se pueden encontrar están: “el salón de Manuelita, el gran salón, el comedor, el salón de juegos y el cuarto del Libertador. También la despensa, la cocina, los graneros, la alcoba de su ayudante de cámara y fiel servidor, José Palacios, y los bosques,   algunos de cuyos árboles, se afirma, fueron sembrados por el propio Simón” (Museo Quinta de Bolívar. http://www.quintadebolivar.gov.co/Paginas/default.aspx . 11/10/14)

Empecemos el recorrido; el salón de la estufa: Allí se encuentra una chimenea que llega entre 1822-1826 gracias al libertador. Para la temporada, lo más parecido a la chimenea era una estufa de leña. Por eso el nombre de este salón. No era la única de la cuidad, pero tampoco eran muy comunes, puesto fue un elemento muy importante, contando que hace  200 años la cuidad tenía 6 grados menos.
La chimenea era un elemento considerado de castigo o inclusive diabólico, ya que al estar cerca a la chimenea y luego exponerse al aire libre, producía torcedura en partes del rostro de las personas. También, sería el estudio del momento, sobre todo para los hombres, ya que las mujeres eran de adorno, no valía la pena enseñarle de economía y mucho menos de política. En esta sala aún se conservan objetos que son originarios del libertador entre esos están:
1.      El juego de escribanía,
2.      el reloj (el juramento de los Horarios) porque recordaba que en el Monte Sacro: Jura liberar a América de las formas de gobierno de España.
3.      campanas de pájaros: pájaros disecados de la época.

El salón de Manuelita: Era el espacio de las damas, donde se educaban a las señoritas de la época; modales ante el público y sobre todo cómo atender a sus futuros esposos; además, aprender a tocar un instrumentos (delicadeza de la mujer); la costura y el bordado (paciencia); siempre va a estar presente: cómo manejar el abanico, el pañuelo, los peines los peinados; el tocador: “me tengo que arreglar el peinado” (belleza). Sin embargo, en el salón de Manuelita Sáenz se le hace alusión a la mano derecha del libertador, fue la secretaria del libertador, quien manejo el archivo personal, su consejera, incluso le salva la vida en varias ocasiones, por eso algunas personas le conceden el nombre de “Libertadora del libertador.

El gran comedor
El comedor llega en 1822. Cualquier lugar era apropiado para comer; pero Bolívar estableció este sitio para que, más que la actividad de alimentarse, sería un centro de reunión por excelencia. Este lugar también permitía conservar el calor en las comidas, recordando que para la época la cuidad tenía 6 grados menos. Una de las principales ventajas fue relacionar la casa de servicios con la casa principal; tan sólo, los sirvientes pasarían a poner la mesa y los invitados sólo tendrían que ubicarse en la mesa.
En la cabecera iba el anfitrión de casa; a su derecha: su persona de confianza; a su Izquierda: la figura femenina (esposa, hija, madre, suegra) El comedor que se observa es de extensión (Mínimo 4, máximo 12 puestos). Se conservan piezas de las vajillas de Bolívar, son aquellas que tienen marcado el escudo de la Gran Colombia.




La despensa y la cocina

La despensa y la cocina son relativas a la época, como la mayoría del lugar;  se comían seis, incluso más veces al día: mucha carne, pocas verduras y demasiados licores. Una de las caracteristicas más importantes del lugar, es su perfecto mecanismo de alcantarillado, que con ayuda de una alberca y algibes de los páramos, hacían que siempre hubiera agua limpia, sólo con un mecanismo de conductos que expulsaba las aguas sucias, un estructura idealizada por los grandes ingenieros: los indígenas.


El Gran  Salón
El gran salón era un lugar de fiestas y reuniones, eran relaciones de conocimientos y bienestar; un cumpleaños, una velación, pero sobre todo la aprobación de los negocios y para confirmarlo se hacía una fiesta; y con las señoritas se cerraban los contratos matrimoniales. En la época del libertador las fiestas que se solían hacer eran para recaudar dineros y poder dar el paso siguiente a lo que se buscaba.
Tiene más o menos, siete (7) metros de largo con tres metro y medio (3.5), con diferentes distribuciones, en la parte derecha del salón, detrás de unas largas cortinas, se ubicaban los músicos, 5, 6, 7 o inclusive 3 músicos para avivar esos eventos entre Vals y contradanzas. Se concentraban en el salón o, las personas se dirigían a los jardines, puesto que era un lugar un extenso.
Bolívar tenía un gusto exquisito para su hogar, allí se puede encontrar muebles franceses, caracterizado porque sus patas son la representación la garra de algún animal; un animal representa un gobernante: el águila y león como fuerza y poder, respectivamente.
También existen unas sillas algo altas y otras bajas: las bajas para las dama por el cancán, para no dañar los vestidos y, las altas para los caballeros ya que las botas, de su vestuario iban hasta más arriba de las rodillas, por lo tanto le era incomodo sentarse en sillas bajas, para eso se les acomodaban las altas. La representación de Bolívar en pinturas como un general militar, son las más afamadas para su representación.

 El cuarto del fiel

Era el dormitorio del más fiel acompañante, amigo y cuidador de Bolívar, José Palacios, quien lo acompaño desde su nacimiento hasta su lecho de muerte en Santa Martha.
Ahí mismo, en su habitación se realiza una de las exposiciones temporales de la casa museo, la semana del 10 al 14 de octubre, se le hizo un reconocimiento a una de las facultades humanas femeninas más importantes que cobraron libertad e importancia en la época de sumisión de los afrodescendientes, “la libertad de vientres”

El granero y la caballeriza
El granero y la caballeriza son lugares que conforman la parte trasera de casa museo, donde se conservan elementos que se remontan a la época para ilustar las funciones de los mismos. Sólo algunos de los caballos eran traídos ahí, para recibir un trato especial, o por alguna ocasión; en el granero estaba la despensa para los animales.







El árbol de la fraternidad

Este es un monumento que encontramos frente al árbol de la fraternidad americana, cómo agradecimiento a la memoria de Bolívar. Reafirmando la unión de América en el año 1947.








Parlamento de las banderas

Al frente del árbol de la fraternidad se encuentra un monumento de las banderas y los escudos de aquellos países hermanos que aportaron a la causa libertadora, y en donde Simón Bolívar aporto su ideología y fuerza.


La Quinta de Bolívar es un lugar lleno de privilegio, estar pisando por un momento el mismo sitio que el libertador de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia es un orgullo de nación. Sus cañones están al final del recorrido, en la salida, dejando hasta en el último momento la tenacidad de su vida y el carisma que motivo a miles de seres humanos y conceder el regalo de la libertad. Este lugar seguirá siendo una contribución artística y cultural para Colombia, donde sus niños y jóvenes logren dar un paso al pasado y no perder la esencia de nuestra libertad.





“Vale la pena estar por un momento bajo las órdenes del general Bolívar”

Fuentes
Museo Quinta de Bolívar. (17/10/16 2:33 p.m.) http://www.quintadebolivar.gov.co/quienes-somos/Paginas/Equipo-de-trabajo.aspx

Adelaida Campos Herrera
Comunicadora educativa

Alcaldía Mayor de Bogotá. (17/10/16 2:00 p.m.).http://bogotaturismo.gov.co/museo-quinta-de-bolivar

La pólemica del "Che" y los muros que se están cayendo en la U. Nacional

 El día que la Plaza Santander se convirtió en la Plaza del “Che”, Bogotá era la cuna del caos, el centro de una llama que se había prendido desde hace varios años y que las revoluciones estudiantiles de la Universidad Nacional y otros claustros universitarios del país habían acrecentado. Por entonces, la segunda etapa de la Violencia en Colombia carcomía las bases de la democracia con la consolidación de grupos oficialmente subversivos que amenazaban la seguridad pública y estatal de la nación.

  
Por ello, la  madrugada del 8 de octubre de 1976, en una sesión plena que tomó toda la noche, según lo documentó  el diario El Tiempo, el Consejo de Estado bajo la directriz de Cornelio Reyes, admitió necesaria la propuesta del entonces Ministro de Justicia, Samuel Hoyos Arango, de establecer un estado de sitio para, primero, frenar las amenazas de la inminente protesta masiva que tendría lugar en los días posteriores a raíz de la crisis de las distintas organizaciones de seguridad social y servicios públicos iniciada en septiembre de este año por los miembros del Instituto Colombiano de Seguridad Social, y segundo, para contrarrestar la ola de secuestros, terrorismo urbano, masacres y protestas provenientes de movimientos insurrectos de izquierda que tenían como objetivo ocasionar conflictos civiles de carácter catastrófico que asolaban lo largo y ancho del territorio. De esta manera, se pretendía no solo prohibir la protesta social por un periodo indeterminado sino que fuera la Policía Militar  quien tomarán el control de las ciudades. En consecuencia, del peso de la ley no estaba exenta ninguna persona que afectara el orden público por mínima que fuera su perturbación. 

En la Universidad Nacional, pese a que se conocía la reciente medida del Estado, el 9 de abril de ese año se conmemoraba también el noveno aniversario tras el fallecimiento del argentino que lideró la Revolución Cubana: Ernesto “Che” Guevara. Por lo tanto, mientras el alumnado se organizaba, lo que comenzó como un acto ceremonial acabó ocasionando una especie de ritual mortuorio en que se vieron enfrentados estudiantes y militares de la época donde, por un lado, estaban quienes se opusieron a la represión del Estado y aprovecharon la revuelta para exigir reformas administrativas e institucionales, y por el otro, quienes en función del deber, arremetieron en contra de los protestantes. El periódico, El Colombiano, narró los hechos explicando que ese día en la mañana, y de manera rápida antes de la presencia de los militares en el lugar, un grupo de encapuchados encadenó por el cuello al monumento y con ayuda de una grúa, que presuntamente tomaron por la fuerza mientras transitaba por la calle 26, desprendieron la cabeza de su cuerpo para posteriormente llevarla hacia la avenida 22 donde fue colgada y le prendieron fuego junto a tres camionetas que transitaban por el carril vehicular.  Entre tanto, relata a su vez la prensa local, un grupo de músicos tocó como marcha fúnebre el himno de la revolución cubana y canto canciones en relación al guerrillero que originaron, en un mismo espacio, la muerte de un símbolo y el surgimiento de otro. En torno a lo que oruccio después, el diario El Tiempo, explicó que cuando llegaron los miembros de la Policía Militar, "la presencia de la tropa provocó una desbandada general del núcleo estudiantil y la Ciudad Universitaria quedó desierta en contados minutos. Solamente quedaron dentro de ella varios grupos de jóvenes que no alcanzaron a salir antes de la llegada de la policía y se refugiaron en los edificios de la Ciudad Blanca". En consecuencia, los uniformados, “en un número superior a mil hombres, rodearon inicialmente la ciudad universitaria y luego los pelotones penetraron a los predios universitarios”, sostuvo el reportero de El Tiempo. No obstante, los ánimos no se calmaron y ante los rumores de protestas póstumas la Policía Militar se tomó las instalaciones de la Universidad, acto que ocasionó la renuncia en cadena  de varios directivos de la universidad, incluida la del entonces rector Luis Eduardo Meza Velásquez por la supuesta violación a los derechos humanos que sufrieron los estudiantes durante este periodo de tiempo.

En cuanto a la imagen del “Che” en la pared del auditorio León de Greiff, se sabe por palabras de Yolanda San Juan en el documental Colectivo 82. 29 años de memoria, persistiendo e insistiendo que fueron sus hermanos: Alfredo Rafael San Juan Arévalo, estudiante de arquitectura de la Universidad Nacional y Samuel Humberto San Juan Arévalo, estudiante de antropología de la misma institución, quienes, ayudados por plantillas de cartón piedra y una escalera, lo pintaron en 1979 aproximadamente cuando dirigían un grupo de integración estudiantil para realizar actividades académicas y sociales que comprendía estudiantes de la Universidad Distrital, la Universidad Nacional y la Universidad Pedagógica. No obstante, el rastro de sus pasos se perdió en 1982 cuando ambos salieron una mañana para destinos distintos y no regresaron jamás.  Su hermana afirmó que Alberto salió a la universidad mientras Humberto se dirigió al DAS para pedir un certificado judicial que requería para un empleo, y esa noche, la cena de ambos quedó servida sobre la mesa al igual que quedaron sin dueño las pertenencias de otros 11 jóvenes universitarios que pertenecían al mismo equipo estudiantil y cuya desaparición se atribuyó años más tarde a “sospechosos operativos policiacos ordenados  por la entonces D.I.P.E.C. (DIJIN-F2) de la policía nacional” dirigidos, presuntamente, por el general Faruk Yanine Díaz.


 Así, la plaza del “Che” se consolidó como un icono permanente hasta el pasado miércoles 19 de octubre cuando la pintura negra original fue borrada por una capa blanca que pretendía, en medio de  la madrugada, erradicar el rostro del revolucionario que llevaba más de 30 años custodiando los cimientos de la plaza y las generaciones que por ella pasaron. Lo que sustenta su desaparición es que al parecer, según lo enunciado por algunos estudiantes de la Universidad Nacional,  hoy el símbolo del argentino y su ideología no es tan fuerte como en los 70’s y por eso algunos tuvieron la osadía de blanquear el muro en  la madrugada del miércoles.

No obstante, desde días anteriores había aparecido una marca pequeña sobre el mural que eran inusual, sutil, y de alguna manera premonitoria sobre la suerte del “Che”, en torno a esto, Alejandro Rincón, estudiante de segundo semestre, afirmó que “Una mancha blanca apareció un día de la nada cubriendo una pedazo del Che y ya en unos días el manchón blanco  le cubrió toda la cara”.  Asimismo, su observación de que el plan en contra del revolucionario había empezado con antelación es compartida por un grupo de estudiantes que descansan frente al mural y por el docente de diseño, Antonio Márquez, quien sostuvo que no es la primera vez que borran al promotor de la Revolución Cubana de la plaza que lleva su nombre, puesto que dudó que haya sido un estudiante o varios los responsables de borrar la imagen del “Che”; al contrario, aseguró que de la misma forma que ocurrió hace once años las directivas fueron los autores intelectuales tras el atentado a la memoria que sufrió el muro del León de Greiff. “El grupo que quiere borrar al Che desde hace muchos años es un grupo directivo y es un grupo que patrocina borrar todos los símbolos y borrar toda la memoria. Son los que quieren tener a la universidad permanentemente blanca. Los que le tienen miedo a la expresión. Son los que  siempre han buscado borrarlo, incluso hace años lo borró la institución, ahora pasa supuestamente a los estudiantes. Yo todavía me pregunto cómo un estudiante entra a la universidad por la noche, si uno aveces puede entrar con dificultad a la universidad”, indicó el docente con una mezcla de indignación y convencimiento, mientras sus estudiantes lo escuchaban con atención como si se tratara de otra de sus cátedras. 
De igual manera, un archivo digital de El Tiempo del año 2005 corrobora que los sucesos del pasado octubre no constituyen la primera ocasión en que se elimina su imagen de la plaza puesto que el 4 de agosto de 2005, cuando los estudiantes volvieron de sus vacaciones, la ausencia del mural los dejó boquiabiertos al ver que uno de sus símbolos más representativos había desaparecido.  En esa ocasión, junto con el de Camilo Torres. Sin embargo, la diferencia entre ambos eventos radica en que para el 2005 ambas imágenes fueron borradas por decisión  de las mismas directivas de la universidad, mientras que en esta ocasión, según un comunicado oficial del 19 de marzo del presente año que pertenece a la agencia Unimedios de a la U. Nacional, ya había sospechas de que un grupo de estudiantes compuesto por 20 personas pretendía eliminar el símbolo; no obstante, en aquella ocasión el comunicado tenía la intención de desmentir una entrevista realizada por la Revista Semana al presunto estudiante, Juan Carlos Rubiano, quien afirmó que con ayuda del director de Seguimiento al Diálogo de Paz se habían comenzado el proyecto de limpieza definitiva del muro. “Ni mi persona ni el Centro de Pensamiento que dirijo, se ocupan de estos temas y jamás he hablado de eso con nadie y adicionalmente porque quienes conocemos la historia de la lucha estudiantil sabemos que el nombre de la Plaza Che es un símbolo emblemático de la misma” dijo Alejo Vargas Velásquez, el profesor acusado de complicidad en contra del “Che”. 
Por su parte , la delegada de los estudiantes de la Universidad Nacional, Sara Abril Santiago Lagos, afirmó que el motivo por el que algunos estudiantes decidieron retirar su imagen radica en que “no se sienten representados por dicho símbolo, no lo sintieron antes ni lo sentirán ahora. Lo cierto, es que lo hicieron de una manera antidemocrática, sólo la quitaron y ya”, y su motivo, dijo la representante, se resume en lo que regularmente dicen los voceros que se oponen al personaje: “el Che representa una apología a la violencia”. Sin embargo, Sara Abril afirmó que el Consejo de Estado lo resolvió con antelación en un fallo donde se ratificó que este acto no representa un gesto a la violencia sino que se refiere a la libre expresión que pueden ejercer los ciudadanos. 
Ahora bien, la determinación del grupo que cubrió el rostro de Ernesto “Che” Guevara no duró mucho tiempo ya que un conglomerado de simpatizantes de la memoria también se puso el overol y trabajo durante la noche del viernes 21 de octubre para devolver a la vida la vieja imagen de la plaza más popular de la universidad; “íbamos saliendo a las 8 de la universidad y con proyector apuntando hacia la pared y escaleras, estaban pintando al Che de nuevo y a Jaime Garzón, junto a él” dijo Alejandro Rincón, cuando se le preguntó al respecto,  junto a un grupo de estudiantes que descansaban entre sus propias risas. Asimismo, la delegada de los estudiantes, comentó que la eliminación del símbolo generó conflictos internos que impulsaron la respuesta de algunos estudiantes que, por un lado, iniciaron protestas y, por el otro, postularon a varios personajes para representar de una mejor manera el rol de la Universidad y su importancia en la historia colombiana. La discusión se dio, según relata la representante, entre reemplazar la figura del Che por la emblemática imagen de Jaime Garzón o pintarlos juntos, para así resolver el problema de ambas partes y mantener la fachada sur del auditorio León de Greiff; en torno a esto, Sara Abril dijó que llegar a esta determinación, de pintar a Jaime Garzón, no fue una cosa democrática, una minoría lo decidió, lo pintaron y ahí está” y, a fin de cuentas, constituye el resultado final.

Dicho esto, la portavoz de los estudiantes afirmó, explicando que en  los sucesos del último mes hay una razón más fuerte, que los estudiantes han guiado sus acciones ante  la necesidad de llamar la atención de todos los sectores acerca de la crisis de infraestructura que vive una de las mejores universidades del país. “Lo importante no es que la pared esté blanca, o con la pintura de alguien, lo que importa es que se está cayendo”, dijo la representante mezclando indignación y desesperanza ante la realidad que vive su claustro universitario. A su vez, la delegada dijo que “los estudiantes de la Universidad Nacional entienden que el problema principal no es una imagen pintada, sino realmente que las paredes se están cayendo por la crisis de infraestructura”.

De esta manera, ahora que las dos pinturas están juntas y parecen convivir sin problemas sobre el muro del auditorio, se puede decir que en medio de las revoluciones latinoamericanas y estudiantiles del siglo XX, el “Che” de la Nacional es para la universidad lo mismo que representa para una persona una herida de guerra y, esté en desuso o no, permanece hoy y seguirá mirando fijamente el horizonte mientras las generaciones pasan por su plaza porque hace parte de un patrimonio que no se puede negar. No obstante, si tal como lo dijo Sara Abril Santiago, los recientes hechos pretenden hacer una llamada de emergencia ante el abandono del Estado, la institución es solo un ejemplo de todo lo que desde hace tiempo dejó de funcionar de manera correcta en el país.
  

FUENTES:


        Consejo de estado dijo sí al estado de sitio. El tiempo. 8 de Octubre de 1976 : Primaria, documental.
        Decapitan busto del General Santander en la Universidad. El Tiempo. 9 de Octubre de 1976: Primaria, documental.
        Desórdenes en Bogotá. El Colombiano. 10 de octubre de 1976: Primaria, documental.
        Documental: Colectivo 82. 29 años de memoria, persistiendo e insistiendo: Primaria, documental.
        Sara Abril Santiago. Ingeniera Electrónica UNAL. Representante de los estudiantes UNAL. secundaria, experta.
        Antonio Marquez. Profesor de Diseño UNAL: fuente  secundaria
        Alejandro Rincon. estudiante de psicologia: fuente secundaria.

Dentro de una gota hay un universo entero

El talento siempre está, pero sólo la pasión, puede desarrollar un verdadero don. Algunas habilidades se deben desarrollar y, adaptarse como herramientas para la sociedad, que sirven a los demás y generan en las personas experiencias y sentimientos que transforma su ser, intentando comprender sus vidas. “La fuente principal de nuestro conocimiento son los otros”. Al formarnos como personas y, estar rodeados de variada información, algunos elementos nos permiten identificarnos en un universo, donde cada quien es y conforma su propio “mundo ideal”.
Ryzard Kapuscinski, fue uno de los periodistas más importantes y ejemplares del siglo XX, vivió 27 revoluciones, 12 frentes de guerra, condenado en 4 ocasiones a ser fusilada (muerte), padeció malaria cerebral, meningitis, tuberculosis, y aun así, continuo desarrollando un mundo de ideales como profesional y como persona, que dejó en sus testimonios y textos un gran legado, dicho esto, el libro “los cínicos no sirve para este oficio”,  es un manual excepcional para el verdadero periodismo, solo del que vale la pena ejercer. El fallecido periodista decía: “Nuestra profesión no puede ser ejercida correctamente por nadie que sea un cínico. Es necesario diferenciar: una cosa es ser escépticos, laísta, prudentes. Esto es absolutamente necesario, de otro modo, no se podría hacer periodismo. Algo muy distinto es el cinismo, es una aptitud inhumana, que nos aleja automáticamente de nuestro oficio”.


El criterio de nuestro trabajo es
la curiosidad por todo,
si nos inquieta todo
nos molesta todo, todo y todo está en completa duda para nosotros,
 quienes pierden esta fascinación dejan de ser periodistas.”
R. Kapuscinski


El periodismo debe estar dentro de la inmediatez de una información que concrete los sucesos, los actos de una rutina mundial que muchos desconocen. Se podría empezar por la perspectiva de la realidad,  hacer “zoom y contra zoom” para entender los detalles como la esencia de cada objeto, de cada escrito. El escritor, debe desarrollar la habilidad de la observación, el oído, la escucha; Kapuscinski crea a el cronista, como una persona que contiene estas herramientas y quienes entren en este campo, se deben entregar a la minuciosidad de los hechos y del momento que se desea contar, que la narración sea un viaje por medio de las palabras que logran llegar a mi mente, generando un realismo que transporte directamente los deseos del receptor. Sin embargo, hay elementos que también se deben experimentar y aceptar. 

Según Kapuscinski, se deben cumplir con unos deberes para mantenerse en el campo, y así, llevar a buen término nuestra vida y nuestra labor.
1.       Ser testigo de todos los acontecimientos de relevancia, saber lo que está ocurriendo, lo que ha ocurrido y lo que puede suceder en el futuro.
2.      Se debe ser un hombre de gran resistencia física y psíquica.
3.      Admitir y administrar su propio miedo, sobre todo a estar solo.
4.      El que no sabe preguntarse cuál es el alcance de una noticia. ¿Será más lo que se dice o lo que se calla?

El siglo XXI, llegó con su revolución tecnológica, ahora son los jóvenes quienes están en la cúspide del conocimiento, en esto, Kapuscinski estaba de acuerdo, “por definición, los jóvenes, están destinados a vencer”. Son ellos quienes vencerán con fuerza y vitalidad, pero es necesario del apoyo de la experiencia, aunque los éxitos obtenidos, no aseguran el respeto y la aceptación; sólo una nueva generación de conocimientos puede certificar un mejor mundo,” ¿Por qué?”, a lo que Ryzard respondería: “Por la sencilla razón que cuando nosotros no estemos, ellos seguirán aquí”. 

Nuestra profesión necesita de continuos ajustes, 
mejoras; claro está que siempre 
debemos ser éticamente correctos. Kapuscinski



El periodismo en un campo de formación continuo, no se puede dejar de aprender, y menos en un mundo que va cambiando tan rápido. La velocidad de la luz nos está alcanzando, el mundo está a la espera de su descubrimiento; llevados por el consejo de, poner más de nuestra individualidad y de nuestras ambiciones. Ryzard Kapuscinski, nos da unos elementos para entender, que no es sólo estar en el momento de la noticia, es hacernos parte de ella.

ELEMENTOS ESPECÍFICOS:

1.      Aceptar el sacrificio de una parte de nosotros. Conviviendo con nuestra profesión las 24 horas del día.
2.      Nuestra profesión es la constante profundización de nuestros conocimientos. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario.
3.      Esta profesión no debe considerar un medio para hacernos ricos.
“Es muy difícil comprender que cada uno de nosotros es un ser humano que está conectado a otros seres humanos” Kapuscinski, resalta estas palabras, en las que se puede enfatizar, porque como se viene relacionando en todos los campos, y más en una carrera que es social donde la interacción con las personas es fundamental, tenemos que abrir nuestra espacio e internarnos para hacernos parte del otro, ahí, es donde encontraremos nuestro material, la vivencia de las historias reales que son las que valen la pena contar. Las personas, sin importar su raza, cultura, género hacen parte de un universo que todos compartimos, a pesar que vamos en diferentes direcciones; para muchos es difícil aceptar esta realidad, y es por eso que vivimos con tantas tentaciones de presiones, de tanto estrés.
Pero por otro lado, también existen ciertos inconvenientes para que la comunicación pueda seguir un rumbo más claro:
1.      Un gran problema de esta profesión, al menos desde el plano de periodismo internacional,  es el de la lengua, un problema lingüístico. Es un dilema constante, de la humanidad, construimos la historia basándonos sólo en una percepción visual.
2.      Un problema fisiológico, que consiste en tener que hablar con personas a las que nunca antes hemos visto e intentar obtener lo máximo posible en encuentros que suele ser brevísimos.
Uno de los principios fundamentales del periodismo son las fuentes, Kapuscinski nos ha sumergido en el mundo de la búsqueda y la interacción con las personas, nuestros semejantes, pero también, existen más elementos que ayudan esencialmente a sentir el momento ya sea dentro de un reportaje, un escrito, una nota o una crónica. 

FUENTES:
1.      Las personas, una base que permite el desarrollo de una historia con un ser animado y racional.
2.      Los documentos, los libros, los artículos sobre el tema. Aquellas fuentes, que me permiten comprobar una hipótesis (pruebas)
3.      El mundo que nos rodea, en el que estamos inversos. (Colores, temperaturas, atmosferas, climas) la ambientación que nos permite sentir y expresar en nuestros textos, audios, declaraciones, que el periodismo no es sólo investigar, también es sentir el lugar, transmitiendo sentimientos.
“Nuestra profesión es una lucha 
constante entre nuestro propio sueño,
nuestra voluntad de ser completamente 
independientes”
R. Kapuscinski

“Como en la fotografía, y la literatura es necesaria una participación activa” Ryzard Kapuscinski, deja claro que la mediocridad no entre en el campo de batalla que significa luchar contra la ignorancia del mundo. Que vale la pena aprender de la mano de quien cuente una historia y quien esté dispuesto a escucharla, desde ese momento todo empieza a fluir entorno a la comunicación.
El periodista estará dispuesto a ofrecer al mundo las recopilaciones de vidas e historias excelentes, de un trabajo que valió la pena desde su inicio, a pesar de los inconvenientes, las falencias, el tiempo y el espacio; para cuando esté terminado, así como el silencio en los escritos, se deja a la improvisación, al modo en que se lee e interprete de la mejor manera.


Fuentes
1.      Ryzard Kapuscinski. Los cínicos no sirven para este oficio; edición de María Nadotti. Editorial Anagrama, 2002. Barcelona.
2.      Negro sobre Blanco. https://www.youtube.com/watch?v=80BZnpmES5w. (09/11/2016 4:44 p.m.)